Una tendencia importante en la historia de “Lo que sucedió a un mozo que casó con una muchacha de muy mal carácter” es la repetición retórica. La repetición es un recurso literario común en las poesías y prosas. Es, más que nada, para enfatizar una idea y ayudar a los lectores a entender y acordarse de la historia. En la parte de la que el mozo mata al perro, el gato y el caballero para intimidar a su esposa nueva, Don Manuel usa las mismas palabras para describir las acciones de matanza del mozo. La primera vez, el mozo mata al perro porque no le obedeció cuando lo mando a dar agua a las manos, dice que el “le cortó la cabeza y las patas y lo hizo pedazos, ensangrentando toda la casa”. Y la segunda vez, el mozo hizo el mismo mandato al gato, pero también le desobedeció, entonces, el mancebo lo cogió por las patas y “lo hizo pedazos con más rabia que al perro”. Por la última vez, hizo lo mismo al único caballo en la casa cuando le desobedeció, le cortó la cabeza y lo hizo pedazos. Por tres veces, el mozo pidió la misma cosa de darle agua a las manos, pero los animales no lo podían. Cada vez una criatura le desobedeció, se puso más enojado y cruel. La repetición del mandato y de la acción de “hacerlo pedazos” se establece una consistencia en la descripción de la matanza, la hace más fuerte e impresionante, y tambien enfatiza la violencia y la insistencia del mozo.
Por Don Manuel, la historia de “Un mozo” es una historia enmarcada en <Conde Luncador>, entonces, es un relato dentro de una conversación de dos personajes. La repetición retorica en este caso sirve de grabar la atención no sólo del oyente en la historia que lo enmarca, sino también nosotros lectores afuera de la historia.
En resumen, la repetición en “Un mozo…” insinúa la crueldad del personaje de mozo, también hace la historia más coherente y más fácil de recordar.